jueves, 24 de agosto de 2017

Cierto abandono.... pues mano a la obra

A veces, o tal vez muchas veces, estamos tan copados de información para una cosa que queremos hacer, que sin darnos cuenta la aparcamos a un lado y dejamos parado aquello que con tanto empeño comenzamos. Y algo así, es lo que en estos últimos meses me viene ocurriendo con mis cosas. Entre ellas, y desde hace ya algunos años, dediqué tiempo y mas tiempo a indagar, a pedir, solicitar, información sobre un tema que me apasionaba y sobre el que quería hacer diversos trabajos. No de investigación, porque no me considero investigador, pero sí de buscador. Buscar no es lo mismo que investigar. Y buscando y buscando, leí, imprimí, mandé email, contacté con entidades e incluso con un Ministerio extranjero. Todo ello buscando, solicitando la información que no encontraba que me interesaba y que no encontraba fácilmente.
La respuesta....no pudo ser mejor, si bien, no en todo los casos la obtuve. No importa, porque sin obtenerla toda, tengo mas de lo que podía imaginar. Claro, se me presentaba un problema, tenía que poner un poco de orden en lo que me llegaba y en lo que encontraba por mis propios medios. Incluso tengo compromisos adquiridos y hay quien está esperando ver reflejado en algún sitio la información que en su momento remitió.
Todo empezó allá por la mitad aproximada del continente americano en su versión Sur. Es decir en Sudamérica. Esta herramienta, descubrimiento, invento o como se le quiera llamar, de INTERNET, nos pone en las manos, una bola de cristal en la que vemos casi todo lo que queremos ver. Sin entrar en detalles sobre su inmensa amplitud y poder, no me encuentro capacitado para emitir una opinión o juicio como merece. Hemos de agradecer que al alcance de todos, nos brinde una posibilidad de tocar el mundo con nuestras manos y tomar para nosotros aquello que en ese momento podamos necesitar. Ocurrió que un día, paseando por esos mundos que se nos ponía a nuestro alcance en una pantalla y con la ayuda de un panel cargado de letras, símbolos y números, al que llamamos muy acertadamente teclado, me situé sobre una zona cualquiera del Continente Sudamericano. ¿Que buscaba?, no lo sé. Pero sin saberlo encontré lo que quería, al menos desde entonces en ello estoy empeñado.
Mi vida profesional, a la que he dedicado mas de cincuenta años, transcurrió entre tableros de dibujo, planos, útiles apropiados para la confección de croquis y planos cartográficos, tablas matemáticas, enormes libracos para calcular llenos de números por todas partes, reglas de cálculo. Y...algún tiempo después, la calculadora (otro gran invento).
Pues bien, mi trabajo me ha permitido no solo cumplir con la sociedad y conmigo en la vida, Me ha dado muchas satisfacciones y puso a mi alcance la posibilidad de adquirir conocimientos que en otro tipo de trabajo difícilmente hubiera podido conocer. Me sentí feliz y dichoso entre planos, tableros, material propio de dibujo y delineación, tablas taquimétricas antes y calculadoras después y un sin fin de elementos que formaban parte de mi quehacer diario. Sin olvidar por supuesto los mas importante, la labor en el campo, en el terreno, con sol, con lluvia, con niebla, con frío o calor. El trabajo de campo era la base y fundamento de mi profesión.
Recorrí todo tipo de terreno y una orografía de lo más dispar en muchos lugares de nuestro suelo patrio. Al principio con los medios de se disponía allá por 1966 y posteriormente, ya casi en el ocaso de mi periplo profesional con medios propios del momento que vivimos. Modernos y sobre todo casi inimaginables cuarenta años atrás. Culminando mi vida laboral con unos conocimientos y unas herramientas, que ahora cuando dispongo de todo el tiempo del mundo para mí, estoy utilizando a mi antojo para satisfacción y deleite de mi entretenimiento preferido. Y en ello estoy, mezclando mis conocimientos con la información y diría también que con la historia. De ello obtengo un resultado que considero cuando menos interesante. Y a veces enrevesado, pero eso le da más aliciente al trabajo. Trabajo que gracias a todo lo que he podido encontrar y de otro lado , como ya he dicho, recibir, tengo archivado de forma que ha llegado el momento de poner orden en él. E ir dando salida a algunos de ellos.

El Continente Sudamericano fue el primero y del que tengo información abundante. Dado que la indagación de los trabajos la sitúo en la segunda mitad del siglo XIX, más o menos. Es algo complicado cotejar la información que procede de un lado y la que viene de otro. Eso cuando la hay, porque expertos ferrocarrileros de allá, me han dicho que determinados países, eran poco dado a dejar constancia escrita de cuanto aconteció en la construcción de sus ferrocarriles. Y eso es lo que me interesa, la construcción en sí y sus vicisitudes, que en aquellos tiempos y en aquellos países debieron ser muy drástica y difíciles.
He podido contrastar que efectivamente lo fueron. En todos los aspectos, políticos, económicos y humanos. Siendo éste último el que mas me interesa. Ya que lo que quiero conocer, es el desarrollo de toda la construcción desde el punto de vista de la mano de obra. Si al otro lado del Atlántico, allá en las últimas décadas del siglo XIX la dificultad era extrema, dada la configuración de los distintos países. También lo era en otros puntos del Globo en los que también he buscado.
Y en España también. La España del siglo XIX con importantes yacimientos mineros en diversos puntos de su geografía, no quedó al margen de la expansión del Ferrocarril. Y fueron muchas la provincias, ciudades y pueblos, que pusieron en marcha en su entorno tendidos férreos. Una de las mas importantes y pionera fue Huelva. Por supuesto es primordial en mi objetivo. No solo por proximidad, sino porque existe una información abundante y bien datada. Y eso he podido comprobarlo sobre el terreno.
Pero no me quedo solo aquí. A medida que voy encontrando datos de una zona en concreto, me topo con otra zona por la que también discurre un ferrocarril que me sorprende y por el que también me intereso. Y qué ocurre. Pues que igualmente indago y busco información sobre el nuevo ffcc encontrado. Entonces me paro un instante y me pregunto, cuantos trabajos tengo abiertos y sin concretar¿?. Y en esa estamos. Poner orden, un poco de orden siempre es bueno en todo. Así que el Ferrocarril Central Andino de Perú, del que dispongo no de toda información que quisiera, será uno al que iremos dando carpetazo. También fue el primero con el que inicié esta aventura y sobre el que ya he concluido y publicado algunas cosas. Otro ferrocarril Andino el de Mendoza (Argentina) Los Andes (Chile). Interesante desde todos los puntos de vista y actualmente en pleno abandono casi en su totalidad.
Y podría seguir nombrando muchos mas de Sudamérica, todos ellos importantes. Otro que no se debe quedar en el olvido es el Arica (Chile) La Paz (Bolivia). Actualmente activo en parte de su trazado.
Y el primitivo de Panamá, precursor del Canal, activo y en funcionamiento diario. En todo el continente sudamericano, de alguna manera, en el último tercio del siglo XIX hubo un movimiento importante proliferando la construcción de pequeños ferrocarriles en algunos casos. Y en otros, obras faraónicas como los Trasandinos. La minería en el mayor de los casos y el guano en algunos, fueron los motivos de estas inversiones en ferrocarriles. Sin olvidar las guerras a la que en algunos casos se dio lugar. Y en las que el ferrocarril tuvo vital importancia.
Bien, pues en todo ello hay que poner orden. Y seleccionar información para ir sacándola adelante, publicando la que vaya quedando muy contrastada con la realidad actual y con su verdadera historia.
Manos a la obra.

JOCAMA Agosto 2017.-

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